lunes, 2 de noviembre de 2009

Mas allá del tiempo de la mente


Cuando se aproxima la oscuridad
que divide el alma del bien y del mal
de los pobres y ausentes,
estrellas viajeras nos rondan y guían
sin saber o conociendo todo.
Y a la vez sin saber cual es el destino.
Al rumbo no lo define solo el azar,
al menos cuando los carteles no están.
Pero sí la intuición,
se lleva a flotar por el aire
que inunda nuestras almas,
de todo el aire elegido.
No solo son los ríos,
sino las ganas de gritar,
y que esa vibración
repercuta en el cosmos…
Liberando, abriendo, viajando y relajando,
para poder volver, nunca arrepentido,
de ese pasado de dolor.

Imagen: Bacon

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