la cantidad de fernet ingerido
es directamente proporcional
a 30.555,9 mariposas aleteando,
a 5200 luces enfocando el no se que,
a luciérnagas posadas en tu cabeza y
100.000 millones de ondas tortuguenses
elevándose cada vez mas alto...
un hilo se asoma de un volumen
imperceptible de cosas mágicas
cada vez mas cosas,
cada vez mas altas,
cada ves mas mágicas...
esa magia absoluta
que no limita mi razón
¿casualidad o causalidad...?
cae agua y bombeando
se desagota el corazón
de muchos que están por venir.
al ritmo del bombeo me dirijo hacia allí
esquivando charcos...
me sumo a la ronda de la jarra de fernet
y la onda tortuguera me contagia
y me da energía natural, existencial,
de ganas de aceptar la vida
y comprender que esto,
tan malo pero sobre todo
tan increíblemente bueno,
respira lento como una tortuga
en su mejor estado, cósmico.
¿crees que el estado antes mencionado
le pertenece a alguien mas que
a este grupo de gente? Ojalá!
La vida estalla en risas,
estado pacífico que limita en la locura,
en el caparazón de una tortuga.
donde esa noche resonaban
dulces sonidos norteños, pachamamescos.
era un folclore mágico
con destellos rockeros que brillaban
en una noche estrellada
con una luna ideal.
Imagen: Jim Flora
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y si... entendi un poco mas el día que me saqué el mameluco y me calcé el caparazón. Que buena onda!
ResponderEliminarMuy buen Cadaver! me recuerda el laburo que se le puso al suelo de la pista inundada y a toda la felicidad que tenia la gente bailando alrededor de ese arbol licérgico.
ResponderEliminarabrazo!
Ojo que el caparazón no es de uso diario! La felicidad infinita tiene contraindicaciones! Salut!
ResponderEliminarahh claro este fue el de tu cumpleaños! no me acordaba, gran cadáver! no podía fallar después de lo que laburamos...creo que cargamos tanto de energía positiva esa pista que hizo que la gente la flasheara como la flasheó. y si, el árbol también hizo lo suyo, y la gente así se lo agradeció en el cuaderno! abarzo!
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