
Se escabulle el grito y hasta la voz
en este océano de infinitas posibilidades
donde el sonido mismo traslada a una nueva dimensión, donde es nuestro imaginario el que viaja al infinito.
Espacio sin sombras, interminable dulce placer del desplazarse efímero, impermanencia-tiempo-sonidos-vibraciones eternas son melodías gigantes, aquí estoy yo.
Me arrastran allá, no se donde, solo lo sabe mi alma.
Una flor me domesticó, ahora ella es única para mí y yo soy único para ella.
Imagen: Arnays Camaraza Perez
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